La naturaleza de la relación de pareja es progresar hacia la intimidad. Un noviazgo largo o sin límites corre a exceso de velocidad hacia las relaciones sexuales. Dentro del matrimonio, el contexto para el que fueron creadas las relaciones sexuales, la intimidad física es una bendición, trae unidad, placer y vida. Fuera del matrimonio, puede dar satisfacción momentánea, pero muy pronto esa satisfacción se convierte en vergüenza, dolor y alejamiento de Dios.
Desafortunadamente son muchas las parejas que viven en esta condición de pecado oculto, esos tiempos y espacios donde quedan fuera de la vista de sus padres y líderes espirituales se convierten en puntos ciegos donde quedan expuestos. Batallan con remordimiento, pero son incapaces de poder dejar de hacerlo, es porque están experimentando el poderoso efecto de la unidad sexual que fue diseñada para el matrimonio, pero sin el respaldo espiritual de Dios.
Si tú te encuentras en esta situación y estás buscando una salida, considera los siguientes puntos:
1. CAMBIA LA CULPA POR ARREPENTIMIENTO
La culpa solo es sentir remordimiento por lo que hicimos, el arrepentimiento nos lleva a confesar nuestras faltas a Dios y a alejarnos lo más posible de lo que estimula nuestro comportamiento pecaminoso.
2 Corintios 7:10 Pues la clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza; pero la tristeza del mundo, a la cual le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual.
Aléjate completamente de conversaciones, caricias y contenido (música, videos, revistas, etc.) que estimulen en ti el deseo por tener actividad sexual. En vez de eso pasa tiempo con la Palabra de Dios y con amigos que te apoyen espiritualmente en tiempos difíciles y no que te solapen cuando deseas hacer lo malo.
2 Timoteo 2:22 Huye de todo lo que estimule las pasiones juveniles. En cambio, sigue la vida recta, la fidelidad, el amor y la paz. Disfruta del compañerismo de los que invocan al Señor con un corazón puro.
2. RECIBE EL PERDÓN Y LA LIMPIEZA DE DIOS
El pecado sexual tiene la particularidad de hacernos sentir más avergonzados que cualquier otro pecado, porque nuestro pecado lo sentimos en nuestro cuerpo. Nos sentimos indignos del perdón de Dios y por lo tanto seguimos cargando con culpa, pero la Biblia nos enseña:
1 Juan 1:9 confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
Es la fidelidad de Dios y no nuestra infidelidad la que nos da acceso a Su perdón y limpieza total. Para recibir y funcionar en ese perdón necesitamos creer que el Amor de Dios cubre multitud de pecados.
Es muy importante para tu proceso de restauración que sepas que, si le has confesado tus pecados a Dios arrepentido, tú ya estás perdonado y limpio, Recuerda, es más fácil seguir ensuciando algo cuando ya está sucio.
3. DEJEN DE LUCHAR SOLOS
Busca una figura con autoridad espiritual sobre tu vida y compártele tu lucha con la inmoralidad sexual, Pídele apoyo no solo en oración sino en dirección y monitoreo de tu avance hacia una vida de pureza sexual. Una de las razones por las que el pecado sexual es tan difícil de abandonar es que queremos vencerlo solos
Santiago 5:16 Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados.
4. TRABAJA INDIVIDUALMENTE EN TU CONTROL PROPIO
La falta de control sexual puede tener raíces profundas, desde la adicción a la pornografía, problemas de autoestima, abuso sexual a temprana edad o simplemente una inclinación desmedida hacia el comportamiento sexual. Cualquiera que sea la fuente, es algo que tenemos que trabajar en lo individual. Es un proceso de restauración de raiz con la ayuda de un mentor espiritual del mismo sexo.
1 Tesalonicenses 4:3-4 3 La voluntad de Dios es que sean santos, entonces aléjense de todo pecado sexual. 4 Como resultado cada uno controlará su propio cuerpo y vivirá en santidad y honor
Es mucho más difícil tratar de resolver tu problema de pureza cuando convives diariamente con la fuente de tu contaminación, es por eso que es necesario un tiempo de separación y trabajo individual.
5. RECONSIDEREN EL PROPÓSITO DE LA RELACIÓN
Si tu relación de noviazgo no tiene planes de concretarse en un matrimonio en menos de un año, deberían considerar si es sabio seguir con una relación de intimidad emocional o con una proximidad física. Si realmente no hay planes de matrimonio cercanos, entonces el noviazgo no tiene ningún propósito real y va a tender a comprometer la integridad espiritual, emocional y física de ambos. Consideren establecer una distancia sana hasta que realmente falte poco para que puedan casarse.
1 Corintios 7:9 si no pueden controlarse, entonces deberían casarse. Es mejor casarse que arder de pasión.
6. REGRESEN LA RELACIÓN A LÍMITES SEGUROS
Si han decido continuar la relación de noviazgo necesitan reposicionar sus límites porque su ubicación actual no los protegió. Límites sanos que evitan la inmoralidad sexual es no tener conversaciones de índole sexual, no estar en espacios donde se quedan solos, limitar el contacto físico a tomarse de la mano y evitar los besos que estimulen la excitación sexual.
1 Corintios 6:18 ¡Huyan del pecado sexual! Ningún otro pecado afecta tanto el cuerpo como este, porque la inmoralidad sexual es un pecado contra el propio cuerpo.
Si tu pareja no muestra señales de querer vivir dentro de estos límites de pureza, tal vez debas preguntarte si estás con la persona correcta.
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