Después de meses de planeación de la boda, ajetreados por citas, pruebas de ropa, compras, mesas de invitados, muestras de cena, las despedidas, la llegada de las familias, la pre-fiesta, la boda, la post-boda, la esperada y maravillosa luna de miel, se encuentran en el avión de regreso a su nueva vida
, y te preguntas y ¿ahora qué?
La incertidumbre de lo desconocido
A pesar de que tengas tiempo en tu relación, es completamente válido que regresando de la luna de miel sientas cierta incertidumbre a lo nuevo y desconocido. Y es que aunque vivieras en casa de tus papás, solo o con “roomates”, nunca habías compartido un hogar con la persona que más amas, y has elegido para formar una familia juntos. Sentir esos “nervios” no quiere decir que no estés feliz, o que no estés disfrutando de tu matrimonio. Simplemente es una nueva etapa que va a requerir de mucha intencionalidad, por fin llegó el momento de poner en práctica todo lo que aprendiste en tu prematrimonial, o sino llevaste uno, es el tiempo de vivir todas esas expectativas que planeaste para tu relación matrimonial.
REALIDADES A LAS QUE NOS VAMOS A ENFRENTAR
Áreas de tu pareja que no conoces.
Diferencias y conflictos
La dificultad de perdonar
En tu interior hay una guerra por hacer las cosas a tu manera.
Extrañas a tu familia.
Que de vez en cuando te sale lo egoísta y a tu esposo(a) también,
La intimidad a plenitud toma tiempo y paciencia.
Ahora no solamente eres responsable por tu persona, si no que ahora cuidas de alguien más.
Tienes que regresar a trabajar y lo que más quieres es quedarte con tu esposo(a) todo el día.
Para poder atravesar por estas semanas o incluso meses de conocimiento, aprendizaje y acoplamiento te daremos 5 Consejos prácticos:
1.- Confía en Dios ¡Él tiene el control!
Si han decidido poner a Jesús como la piedra angular de su matrimonio, es decir, dependen completamente de Su Palabra, de Su Gracia y Su Misericordia, su matrimonio está en las manos de Dios. Así que tranquilos ¡Dios está en control! Él estará en cada paso que den, en cada éxito y en cada fracaso, ¿Hay algo demasiado difícil para Dios?
Jeremías 32:27 NTV «Yo soy el Señor, Dios de todos los pueblos del mundo. ¿Hay algo demasiado difícil para mí?
Salmos 127:1 NTV Si el Señor no construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si el Señor no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada.
Ahora si cambias este último pasaje por lo contrario: si Dios construye su casa, su trabajo es ganancia! Si el Señor protege su matrimonio, todo lo que hagan ¡servirá de mucho!
2.- Mantén una actitud de humildad
Una actitud de humildad no ignora las diferencias, los errores o las ofensas, pero siempre procura la comunicación respetuosa, la empatía, la resolución y la reconciliación. Siempre tiene como objetivo principal la unidad por encima de él “ganar”.
1 Pedro 3:8 NTV Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas. Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde.
3.- No te aferres a lo pasado (No te aferres a la soltería)
Recuerda cuánto deseabas este matrimonio, aprende a soltar las maneras antiguas de conducir tu vida, suelta el egoísmo, decide aprender nuevas formas de hacer las cosas, adopta nuevos hábitos y disfruta la nueva vida que te espera.
Filipenses 3:13-14 NTV No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo…
Identifica si todavía vienes arrastrando ideas falsas sobre el matrimonio, que te hacen añorar la soltería. Deja que Dios renueve tus pensamientos y tus actitudes (Efesios 4:23-32 NTV)
4.- Disfruten de todo lo bueno de esta etapa
No te enfoques sólo en los cambios que son difíciles y/o incómodos, enfócate en ¡todo lo demás! ¡Todos los privilegios que te da tu matrimonio! La verdad es que en perspectiva se recibe más del matrimonio de lo que se tiene que dar, pero la clave es disfrutar. Observa la instrucción que se daba para los recién casados en el antiguo testamento:
Deuteronomio 24:5 NTV »A un hombre recién casado no se le debe reclutar para el ejército ni se le debe asignar alguna otra responsabilidad oficial. Debe estar libre para pasar un año en su casa, haciendo feliz a la mujer con la que se casó.
Aunque en nuestra cultura no existen ese tipo de “vacaciones pagadas” por un año y realmente hay que regresar a algunas responsabilidades laborales e incluso ministeriales en la iglesia, procuren mantenerse en una modalidad relajada, que les permita vivir esta etapa sin presiones extras.
Algunas ideas para este consejo:
No comprometan sus tardes, para que puedan pasar mucho tiempo juntos y disfrutarse el uno al otro después del trabajo.
No conviertan su casa de recién casados en el punto de reunión de sus amigos solteros.
No dejen de servir a Dios, no hay mejor lugar que sembrar nuestro matrimonio en la Iglesia; pero por los primeros meses sirvan en algo pequeño, sin muchas responsabilidades.
Mantengan su tiempo en casa de los papás limitado.
No hagan grandes planes con amigos todos los fines de semana, aprendan a disfrutar de estar en casa solos.
No dejen de tener citas románticas, este es un hábito que deben tener siempre, aún cuando los hijos lleguen. (Las citas no siempre tienen que ser fuera, también pueden ser en casa).
Dediquen tiempo “sin prisas” al proceso de conocerse íntimamente.
5.- ¡No te desanimes! Cada día es una nueva oportunidad de hacerlo “bien”.
Déjame decirte un secreto, en el matrimonio no importa que tan “bien” hayas hecho todas tus labores y responsabilidades “ayer”, lo que más importa es cómo lo haces hoy. Esto aplica para lo bueno, pero también para lo malo, y la verdad un matrimonio que se da una nueva oportunidad cada día, es un matrimonio que refleja la misericordia de Dios.
Lamentaciones 3:22-23 NTV ¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana
Aunque no somos perfectos, cada día podemos decir aprovechar al máximo la oportunidad de hacer bien nuestra labor como esposos.
Para finalizar quiero dejarte con este pensamiento, nadie te está apresurando para ser una pareja perfecta y coordinada; Acepta que se va a requerir esfuerzo pero también tiempo, y sobre todo acepta que no tiene nada de malo pedir ayuda; Entrar a un grupo de matrimonios en tu iglesia te abrirá la oportunidad de tener una pareja mentora con quién puedas acudir en un tiempo difícil.
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